Perfil

Una historia familiar

La historia de Bizerba

La historia de Bizerba es una historia familiar llena de triunfos y desafíos. Es una historia que habla de la valentía y la capacidad de reinventar constantemente la compañía. De la voluntad de explorar nuevos mercados, de adaptación a nuevas necesidades y de adecuación a las circunstancias de la época. Y esto se ha prolongado durante cinco generaciones. En 2016, Bizerba celebró 150 años de historia. El mundo ha cambiado rápidamente durante este tiempo, y Bizerba junto a él. Lo único que ha permanecido intacto y ha sido una constante a lo largo de la historia, es el carácter familiar de la empresa y la voluntad de no olvidar nunca sus orígenes a la vez que se esforzaba por explotar nuevos mercados. Para Bizerba, Balingen no es sólo una sílaba en el nombre de la empresa, es su casa. Se trata de una circuntanscia poco frecuente en estos tiempos de cambios constantes. A continuación hablaremos de las mentes creativas de estas cinco generaciones, las historias y anécdotas de sus épocas, de los innovadores descubrimientos y productos. Y de las personas que hoy representan a Bizerba.
1866
Cómo Bizer conoció a Ba

La historia de Bizerba nace en 1866, un año turbulento. En Europa Central, en la guerra austro-prusiana, de la que salió vencedora Prusia, se produjeron innumerables víctimas.En América del Norte, la Guerra Civil estadounidense terminaba oficialmente. Fiódor Dostoyevsky publicaba la novela „Crimen y Castigo“, el científico Alfred Nobel descubría la dinamita y se instalaba el primer cable telegráfico a través del Atlántico.
Estos acontecimientos en la historia apenas afectaron a una pequeña localidad situada en los límites de la región de Jura de Suabia. La vida en las calles de la ciudad de Balingen, en el estado de Baden-Wurtemberg, transcurría tranquilamente. Sin embargo, en una casa de madera en la actual Wilhelm-Kraut-Straße, ocurría algo que entraría en los libros de historia de la industria alemana: „Fábrica de básculas A.Bizer“ figuraba en el letrero de la fachada. El ingeniero mecánico Andreas Bizer fundaba allí su taller. El ingeniero mecánico Andreas Bizer fundaba allí su taller. 70 años después, la conjunción de los nombres „Bizer“ y „Balingen“ se transformarían en el nombre de una empresa que se convertiría en un proveedor líder en el sector tecnológico de las básculas: era el nacimiento de „Bizerba“.

1839 – 1914

Andreas Bizer

La primera piedra de la empresa fue colocada en 1866. Un día, un cerrajero empezó a trabajar en el taller de su hermano mayor, Johannes, en Ebingen, que comerciaba con el nombre de "Hermanos Bizer", y posteriormente con el de "A. Bizer" en Balingen. Andreas Bizer se presentaba como fabricante de plataformas de pesaje, anunciándose en la ciudad de Balingen y recibiendo sus primeros encargos. Se trasladó a Balingen y allí encontró la felicidad. Conoció a su mujer en Balingen y trasladó la fabricación de básculas a aquella pequeña ciudad.
1906
El primer visionario

En 1906, el nombre de la familia propietaria cambió. Andreas Bizer traspasó el negocio a su yerno Wilhelm Kraut, que – junto a su hijo – creó una obra maestra: a pesar de la Primera Guerra Mundial y la crisis económica, convirtieron a Bizerba en una empresa de éxito con 800 empleados a finales de los años veinte.
Desde el primer día, la innovación fue un elemento fundamental de la filosofía de la empresa. Desde el primer día, la innovación fue un elemento fundamental de la filosofía de la empresa. Por ejemplo, desarrolló un nuevo tipo de básculas decimales de mesa con peso deslizante, transformando las básculas de plataforma que se utilizaban normalmente para cargas más grandes en un modelo de mesa. Otros fabricantes habían tenido la idea, pero no la llevaron a la práctica. Además, fabricaron básculas de mesa con un peso deslizante que hacía innecesarias las pesas móviles que estaban integradas en el dispositivo.
Wilhelm Kraut padre nos contó una anécdota sobre una fotografía. Se trata de una foto antigua, evidentemente en blanco y negro, que siempre llevaba consigo, habitualmente en el bolsillo interior de su chaqueta. La foto mostraba a los empleados del taller de su suegro, el Taller Mecánico A. Bizer en Balingen, y correspondía a los últimos años del siglo XIX. Los empleados todavía fabricaban básculas completamente a mano, sin ningún tipo de maquinaria. Kraut padre no llevaba esta fotografía consigo por razones sentimentales. A menudo se la enseñaba a él mismo y a los demás como recordatorio de la rapidez con la que progresaban los avances tecnológicos. Su joven empresa experimentó un rápido cambio en su etapa inicial. Era una empresa moderna que, inspirada en el principio del „Fordismo“ –, el gran modelo industrial de Estados Unidos–, se dedicaba a la producción de bienes industriales. Racional, eficiente – y con una gran calidad. Un método innovador, que sentó las bases del éxito en el futuro.

1875 – 1957

Wilhelm Kraut Senior

Llegó a Balingen durante los primeros meses del nuevo siglo para establecer en esa localidad una central eléctrica. Allí conocería a Anna Bizer y se incorporaría a la empresa de su padre. La pareja contrajo matrimonio en 1906, y Wilhelm Kraut asumió la dirección de la empresa de su suegro ese mismo año.
1923
Un fabricante pionero

Wilhelm Kraut Junior representa el éxito de Bizerba como nadie, pasando por la República de Weimar, la inestabilidad que supuso la Segunda Guerra Mundial, el milagro económico y el liderazgo en el mercado. Estuvo comprometido con la empresa durante toda su vida. Y sus principios siguen intactos hoy en día.
En medio de un periodo que ha pasado a los libros de historia como los „Años“ Dorados, la empresa recibía malas noticias: Wilhelm Kraut padre cayó gravemente enfermo en 1923. Su hijo Wilhelm Kraut Junior pasó a la dirección de la empresa. Por aquel entonces, sólo tenía 17 años. Wilhelm Kraut Senior se vio obligado a dar un paso atrás a causa de su enfermedad. Sin embargo, – como hombre de negocios de la vieja escuela–, no se desvinculó completamente de la empresa. Hasta los años 50, había utilizado sus contactos en el extranjero. La estrategia empresarial era clara: Alemania, cuya economía sufría las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, no era lo suficientemente fuerte como mercado. Padre e hijo no querían depender únicamente de la economía del país y expandieron sus actividades a Suiza (país con el que tradicionalmente han hecho negocio empresas de Württemberg) y a Italia. Las balanzas inclinadas de Balingen recibieron una excelente acogida en ambos países. La demanda fue tan alta, que la dirección de la empresa tuvo que afrontar una difícil situación: cómo encontrar a corto plazo un número suficiente de empleados para poder satisfacer la demanda de los clientes. La compañía contaba con veteranos vinculados a la empresa, pero la demanda era demasiado alta–.No fue posible solucionar la falta de personal a corto plazo, por lo que se solicitó una exención a las autoridades para ampliar la jornada laboral. En los años 20, la jornada laboral semanal en la fábrica de Balingen era de 65 horas. Por lo tanto, la plantilla trabajaba oficialmente 17 horas más que los trabajadores del resto del país. Este hecho supuso un ejemplo de cómo la empresa consiguió superar determinados retos con un gran compromiso colectivo. La lealtad y y el compromiso de los trabajadores había dado sus frutos.

1906 – 1992

Wilhelm Kraut Junior

Se incorporó a la empresa a los 17 años con el fin de ayudar a su padre enfermo. Logró introducirse en otros mercados y fundó la primera delegación extranjera en Italia en 1928. El portfolio de productos se amplió para incluir equipos de corte y soluciones industriales.
1964
El gran motivador

„Quien no se quema a sí mismo no puede encender a los demás.“ La cuarta generación asumió la dirección de la empresa con Günter Kraut: impulsó la globalización de Bizerba y amplió la diversidad de sus productos. Bajo su dirección, se produjo el cambio necesario para pasar del pesaje mecánico al electrónico y se sentaron las bases para las soluciones conectadas en red. Hasta su prematura muerte, guió con éxito a Bizerba a través de los desafíos que planteaba un mercado en continuo cambio. 
Los empresarios han de tener varios talentos. Deben tener instinto empresarial, pero sin anteponerlo a su visión. Deben ser creativos, pero a su vez organizados y disciplinados. Y, sobre todo, deben ser capaces de liderar y respaldar a sus empleados, ya que sin el pleno compromiso de todo el personal, no se puede alcanzar un objetivo común. Günter Kraut reunía todas estas cualidades. Los empleados hablan con entusiasmo de una época en la que logró encender el fuego en su gente, aún muchos años después de su época. Tenía el don de conseguir que los empleados se comprometieran e implicaran en objetivos comunes y de motivarles para que dieran lo mejor de sí mismos. Porque ejemplificaba la pasión por su empresa.
El punto de inflexión más importante en la última década de la historia de la empresa fue la repentina muerte de Günter Kraut. El atlético empresario, ágil, dinámico y cautivador, murió en el verano de 1995 mientras jugaba al tenis. Apenas tres años después de que los trabajadores de Bizerba tuvieran que despedirse de Wilhelm Kraut Junior, fallecido a la edad de 86 años, la compañía se encontraba sin lider y sin referente. Su muerte conmocionó a la empresa, especialmente porque atravesaba una difícil situación económica. La incertidumbre se extendió, los rumores se multiplicaron. ¿Se venderá Bizerba a un grupo internacional? ¿Se venderán partes de la empresa a la competencia? ¿Se acabaría la tradición?
La familia de Günter Kraut cerró filas durante aquellas difíciles semanas y meses. Había una fácil salida: la venta de acciones – y la desaparición de la tradición familiar después de 129 años. Pero la familia decidió conjuntamente optar por el camino más difícil: Frigga Kraut y sus tres hijos decidieron apostar su patrimonio en la empresa, lo que suponía un gran riesgo. Se compensó económicamente a los demás miembros de la familia y se obtuvo capital social mediante inversores externos. La empresa continuó. Por aquel entonces, los hijos de Günter y Frigga Kraut eran demasiado jóvenes para cumplir con su destino en la cúpula de la empresa; los tres estaban finalizando sus estudios. Por ello, gestores externos asumieron esta labor por primera vez en la historia de Bizerba.

1937 – 1995

Günter Kraut

En 1964 pasó a formar parte del Consejo Directivo. Estuvo al frente de la empresa en los años setenta y ochenta, junto con su hermano Rolf Dieter (Ventas y Marketing) y su primo Ingolf (Tecnología). Este periodo se caracterizó por la intensificación de los compromisos internacionales, por desarrollar nuevas áreas de negocio, pero también por centrarse en la actividad principal de la compañía.
2011
Objetivos globales para el Bizerba Open World

Desde 1906 (Wilhelm Kraut Senior) hasta 1995 ( con la inesperada muerte de Günter Kraut), siempre ha habido un miembro de la familia Kraut al frente de Bizerba. En 2011, –
16 años después de la muerte de Günter Kraut –, el círculo se ha cerrado: Las señales apuntan hacia el crecimiento y la globalización. Las aplicaciones innovadoras y un compromiso constante con los sistemas abiertos caracterizan al Bizerba Open World. 
La familia comunicó que, a principios de 2016, todas las acciones de la empresa volvían a ser propiedad de la familia. Tras el fallecimiento de Günter Kraut, se recurrió a inversores externos para poder solventar el pago a los demás miembros de la familia. Por lo tanto, Bizerba pertenece al cien por cien a la familia Kraut en el año de su mayor aniversario.
“ Cuando mi padre murió de forma repentina, sentí que debía continuar con su legado. Me detuve delante de su tumba, acompañado por casi dos mil dolientes, y pensé: „El trabajo del abuelo y el tuyo no será en vano.“ Sabía que nuestra empresa familiar seguiría adelante. No la íbamos a vender, no íbamos a optar por el camino más fácil y dejar que la empresa se disolviera. Tenía claro que debía continuar el trabajo de cuatro generaciones de mi familia. Podríamos llamarlo responsabilidad: para con nuestros empleados, pero también con la región y con el distrito de Zollernalbkreis, en el que somos uno de los mayores empleadores. La empresa nos ha dado mucho a mí y a mi familia, – y sentí que era hora de devolver algo.”
&ldquo En ocasiones, me preguntan sorprendidos por qué me molesto en dedicar tiempo a clientes presumiblemente más pequeños. Tengo que decir que: vender dos balanzas a un nuevo cliente me hace tan feliz como cerrar un acuerdo de un millón de euros con un cliente importante. Cada cliente importa. Tengo que decir que: vender dos balanzas a un nuevo cliente me hace tan feliz como cerrar un acuerdo de un millón de euros con un cliente importante. Cada cliente importa. La pasión es fundamental. Queremos estar en lo más alto, y esta pasión es indispensable para alcanzarlo.”

*1973

Andreas Wilhelm Kraut

Nacido en 1973, se incorporó a la empresa en 2004 y poco después se marchó a Estados Unidos, donde en un principio fue el responsable de ventas y posteriormente marcó el rumbo hacia un crecimiento más sostenible en el mercado norteamericano. Después de varios años, asumió la dirección de la empresa en Balingen en 2011.
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